viernes, 10 de diciembre de 2010

No al Ficus benjamina

Debuto de bloggero con un acto negativo.  Pero negativo de lo malo: el ubicuo árbol Ficus benjamina.  Lo desapruebo por estar por todos lados en Lima, mi caótica ciudad.  ¿Es malo estar por todos lados?  No, pero sí lo es cuando esta presencia está llena de desventajas.

Este ficus nos ha engatuzado con su color verde brillante y claro y su copa de forma fácilmente definida, a diferencia de la mayoría de árboles urbanos conocidos que tiene más bien tonos verdes grises y formas irregulares, que para los que se encargan de arborizar esta Lima saturada son cualidades desventajosas.  Nada tan equivocado.

La copa tan definida del ficus es un bloqueo total de vistas, que a diferencia de otros árboles, como el jacarandá, el papelillo o la melia, no da esa ligereza y transparencia que enriquecen los paisajes.  El ficus sólo tapa, entonces pensemos en sembrarlo delante de tanto edificio nuevo feo...   Mejor no, además de tapar, este ficus tiene la predisposición de acumular contaminación en sus hojas, volviéndose más negras que las hojas de los otros árboles verde gris, y sobre esa contaminación, desarrollar hongos, y sobre eso, mosca blanca y otras plagas.  Una mugre que no se quita, pues las hojitas duraderas del ficus parecen quedarse en sus ramas por siempre como buen árbol siempre verde que es.  Un caducifoilio, en cambio, se limpia solo, bota sus hojas cada año, ya sea en otoño o invierno para renovarse en primavera con hojas tiernas y limpias que nos retocan de verde vivo.

Este ficus viene del Asia y fue introducido como planta ornamental en plenos años ochenta.  Nos invadió pues es bien fácil de propagar y de crecer.  Pero si somos un país mega diverso con miles de especies de árboles nativos, ¿por qué abunda este árbol asiático?  Pues simplemete por flojera y por ende por ignorancia.  Si supiéramos un poquito más de los árboles que tenemos, podríamos pensar en sembrar también cedrelas, acacias, ceibos, pacaes o huarangos.  Claro que sabiendo bien las características de cada especie, que si me da el ánimo de seguir bloggeando, iré describiendo más adelante.

Espero que nos podamos ir despidiendo del F. benjamina, y ver que hay otros ficus más interesantes, otras especies más apasionantes y otros paisajes por hacer.